En el post de hoy hablaremos de la importancia de los insectos polinizadores. Muchas veces no queremos tener abejas, abejorros o avispas cerca nuestro por el miedo que estos insectos ocasionan. Sin embargo, es primordial entender cuál es su función en el ecosistema y para nosotros en nuestra vida cotidiana.
Los insectos tales como abejas, mariposas, avispas, entre muchos más, se encargan de polinizar las plantas al alimentarse con el néctar de las flores. El proceso consiste en llevarlo y ponerlo en contacto con otras especies permitiendo que se lleve a cabo la polinización, es decir, la reproducción de la planta, generando biodiversidad.
En otras palabras, sin ellos, muchas especies no podrían reproducirse y por consecuencia no tendríamos variedad de plantas, frutos y, por ende, ¡nuestros alimentos!
Además, muchos insectos ayudan a la descomposición, como por ejemplo el escarabajo. De esta forma generan que la primera capa del suelo sea muy rica en materia orgánica lo cual permite brindarles nutrientes y minerales a las plantas logrando que se reproduzcan mucho mejor y con más fuerzas.
En el caso de las avispas, ayudan controlando las plagas, muchas de ellas resultan perjudiciales para la labor de las abejas u otros polinizadores, por lo que podríamos deducir, que, sin el trabajo de las avispas, el de las abejas se vería perjudicado.
Para fomentar el aumento de los polinizadores, lo ideal es plantar una gran variedad de plantas con diversas flores, generando un matorral con ellas, principalmente con especies que florezcan en primavera.
Además, no debemos olvidar que debemos plantar especies nativas, como comentamos en nuestro post Diseños con plantas nativas debido a que van de la mano junto con los insectos polinizadores de cada región.
Recomendamos no utilizar pesticidas químicos ya que terminan perjudicando a los polinizadores o hasta alejándose, provocando que no haya polinización.
Es importante destacar que sin los polinizadores nos faltaría un gran porcentaje de alimentos. Por este motivo, deberíamos dejar a los insectos que hagan su labor, sin tratar de ahuyentarlos por miedo a que nos hagan daño.